Un retrato de Carlitos Chaplin

Como Chaplin fue retratado en las revistas culturas de América Latina

El éxito y la popularidad de Charlie Chaplin eran tremendas. Chaplin fue uno de los cómicos más famosos y geniales, productor y director de películas, compositor, como también un ícono cultural y social. Pero, ¿qué tiene que ver Chaplin con Latinoamérica?

Carlitos Chaplin en una de sus inolvidables creaciones: „Vida de perro“ (PBT, 1950, no. 694: 58)

La búsqueda de las revistas culturales latinoamericanas entre 1915 y 1950 muestra una gran cantidad de artículos sobre el cómico británico subrayando un enorme interés de la sociedad latinoamericana en sus películas, su vida privada y sus opiniones. Retratos, fotos, entrevistas –muchas veces se tratan de páginas enteras que las revistas publicaban sobre él– ejemplifican ésta magnitud y nos dan una representación figurativa de Chaplin.

Su estilo era muy distinto, con sus pantalones enormes, su bastón, el sombrero y su bigote se transformó en poco tiempo en un ícono cultural, lo que se puede observar en las caricaturas e imágenes. Uno de los temas más discutidos en las revistas son por un lado su extrema popularidad, su genio y sus artes (películas, música, comedia) y por otro lado su vida íntima, especialmente las relaciones que tenía con las mujeres como también su recurrente “soledad”.

Una carta de carlitos (PBT, 1917: 656)

El número 1042 de la revista “Mundo Argentino” (1931) publica un retrato de la vida privada de Chaplin, intentando revelar informaciones interesantes y desconocidas para el público lector. El artículo Carlitos Chaplin de cerca habla de varios detalles entremezclados de su vida privada, como por ejemplo que Chaplin vivía solo en una casa enorme en Beverly Hills con sus seis sirvientes y que le gustaba estar solo. Chaplin poseía una Biblioteca con más de 3000 libros y leía mucho, preferentemente libros bibliográficos. Le gustaba jugar horas al tenis, y también era un boxeador bastante bueno. El escribía con la mano derecha y también con la izquierda. Al lado de su cama tenía un dictáfono para poder siempre grabar sus pensamientos y ponerlos en orden. Le gustaba mucho la música y tocaba varios instrumentos como el piano, el violín, el órgano, la guitarra, el violoncelo, el saxofón y el acordeón. No le gustaba usar barba y solamente lo hacía para su personaje, su “alter ego”, al cual siempre se refería con “el” en vez de decir “yo”. Dicen que se bañaba cuatro veces por día y siempre cantaba versos de óperas en la bañera inventado las letras con palabras que para el sonaban como italiano, francés y alemán – a pesar de que solamente hablaba inglés. Tenía 30 pijamas de todos los colores y tenía gran cariño por sus zapatos. Amaba a las mujeres, pero al mismo tiempo las temía, creyendo que se burlarían de él, dice el artículo. Fumaba mucho, pero de un día al otro paró de fumar. Con 17 años tomó parte de una carrera pedestre de 40 kilómetros y llegó en segundo lugar (9). Como vemos en éste artículo, el autor quería retratarlo desde un punto de vista humano y a la vez artísticamente loco, con costumbres distintas.

(Cinegraf, 1936, no. 49: 38)

En tanto que como “hombre más famoso del mundo” era obvio que las revistas quisiesen informar sobre Chaplin, pero los reportajes en las revistas latinoamericanas eran distintos. En los Estados Unidos hubo campañas periodísticas contra Chaplin primero en 1920 ya que no quería participar de la guerra y después por sus relaciones amorosas que eran políticamente motivadas. Teniendo en cuenta la histeria del anti-comunismo durante la era McCarthy y el miedo de que Chaplin pudiera destruir el capitalismo y con la histeria del anti-comunismo durante la era McCarthy, el director del FBI decidió tratar a Chaplin como una amenaza para la seguridad nacional. Esto demuestra hasta qué punto se confundía la “subversión“ cultural con formas más tangibles de subversión, como el espionaje (Sbardellati & Shaw 2011: 496). Para Chaplin eso significó una prohibición para entrar al país y regresar a su residencia en los Estados Unidos; por ello tuvo que quedarse en Suiza.

Levantaron la prohibición a „El grand dictador“ (Ondania, 1945, no. 48: 35)

Contrario a la campaña periodística por su rechazo de luchar en la guerra, el asunto de las relaciones amorosas de Carlitos fue un tema que las revistas latinoamericanas desmontaron detalladamente. El artículo “Carlitos Chaplin, El enamorado inconstante“ de 1928 cuenta de sus equivocaciones amorosas, pero al mismo tiempo la autora habla de Chaplin como un hombre virtuoso, que trataba a sus amores pasados con respeto, admitiendo sus defectos. Las mujeres que consiguieron “seducir al artista más grande del mundo cinematográfico” (Mundo Argentino, 1928, no. 935:34) son descritas detalladamente en ese artículo. En realidad, había una cantidad de escándalos en la vida amorosa de Chaplin, ya que a él le gustaban las mujeres muy jóvenes. El artículo cuenta que Chaplin solamente se casó con sus dos primeras esposas porque las había dejado embarazadas y como tenían solamente 15 y 16 años, respectivamente, hubiese sido criminalizado por seducción de menores.

Cosas del cine, que no se ven en el cine (Fray mocho, 1920, no. 432: 33)
Los primeros pasos del gran bufo Carlitos Chaplin (Mundo argentino, 1932, no. 1126: 17)

Por su parte la revista El hogar” de 1921 habla de su relación amorosa con Mildred Harris y de cómo la imagen de Chaplin cambia con los conocimientos de su vida privada. Según el autor, ese matrimonio era escandaloso con muchísima presencia medial, puesto que Chaplin era un actor muy respetado y sus mujeres eran prácticamente niñas. Otro artículo de 1939 publicado por la misma revista habla de su tercera mujer, Paulette Goddard. El autor Guillermo Sandivar describe el matrimonio como una tragedia que hubiera vivido Chaplin, justamente por culpa de Paulette, ya que ella era muy inactiva, pero al mismo tiempo se refiere a ella como “criatura encantadora”, deshumanizando a Paulette como una bestia seductora (El hogar, 1939, no. 1538: 9).

Las revistas latinas parecen apaciguar la forma que Carlitos trataba a las mujeres con quien se relacionaba. La campaña de prensa no se puede localizar en los artículos aquí descritos, sino que se trata más de relatos sobre los acontecimientos de su vida como también una explicación del comportamiento de Chaplin, como vemos en el siguiente párrafo:

Primero, surgieron los rumores del divorcio persistentemente desmentidos y terceramente reeditados: se llegó a publicar una instantánea de Carlitos riendo a carcajadas, de esos rumores, y –cosa extraña– esa risa de Carlitos era mala, hasta como risa de teatro, tenía algo forzado, de extraño, de violento, que no fue sino demasiado explicable algo más tarde. […] Así, pues cuando revistas neoyorquinas nos hablan de Carlitos, de su odio por la prensa que lo calumnia y por los curiales que lo despojan, nuestra simpatía lo acompaña, porque nos parece evidente que, por ser el más artista de encantos intervienen en su desagradable divorcio, debe ser también el que más sufre.(Mundo Argentino, 1928, no. 935:34)

Carlitos Chaplin, el enamorado inconstante (Mundo Argentino, 1928, no. 935:34)

Vemos aquí como la autora desprestigia a las mujeres de Chaplin, y simpatiza con Chaplin, culpando la prensa norteamericana de haber creado una imagen hostil de Chaplin, mientras es él quien realmente sufre.

A fin de cuentas, los medios de comunicación han recopilado una gran cantidad de información sobre Chaplin y cada uno de los textos lo ha retratado positivamente en última instancia. El relato que aquí se presenta es sólo una pequeña parte de las fuentes encontradas, por lo que el material sigue ofreciendo muchas vías de investigación.

La Escena (Revista teatral) Carlitos Chaplin
Cralitos envolvido num drama da vida real (Pelo mundo, 1925, no. 3: 64)
Carlitos Chaplin Entrevista (Atlántida, 1926, no. 417: 34)
Paulette Goddard (Cinegraf, 1932, no. 7: 44)

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Bibliografía

Amauta (1928): no. 1976: 66

El hogar (1939): no. 1538: 9

Mundo Argentino (1928) no. 935: 34

Mundo Argentino (1931): no.1042: 9

Sbardellati, John; Shaw, Tony (2011) Booting a Tramp: Charlie Chaplin, the FBI, and the Construction of the Subversive Image in Red Scare America, In: Pacific Historical Review, Vol. 72, No. 4 (November 2003), pp. 495-530 Published by: University of California Press Stable URL: http://www.jstor.org/stable/10.1525/.